La localidad chubutense cuenta con 65 hectáreas implantadas con viñedos, posicionándose como la latitud más austral en la producción vitivinícola, donde se produce un fruto con cualidades esenciales por su gran amplitud térmica, la cantidad de horas de luz, los vientos constantes que sumado a la baja humedad ambiente y las altas temperaturas que generan una elevada evaporación, transmitiendo al vino la intensidad de ese valle.