La investigación realizada hasta la fecha sostiene la hipótesis según la cual la mortandad de ballenas se debió a una floración algal nociva en el Golfo Nuevo. Existen registros en el mundo de intoxicación y muerte de fauna marina, muchas veces afectando un gran número de animales, por ingestión de las mismas biotoxinas paralizantes que fueron halladas en los cuerpos de las ballenas que murieron en Península Valdés.